en silencio
La miraba a diario y ella solo sonreía cuando hablada de lo que la apasiona.
La miraba a los ojos y era ahí donde entendía el fuego que vive ahí dentro.
Explotaba de amor y se notaba que quería huir de los lugares que no la encendían.
La escuchaba cada mañana incluso cuando estaba en silencio.
Sobre todo en esos momentos era cuando más gritaba.
No lograba estar quieta.
Ella pertenece al movimiento, a su transformación.
Hacía años la miraba, la escuchaba, la sentía.
Daba indicios de su anhelo por comerse el mundo.
Lo que no se da cuenta es que a eso se dedica cada día.
La miraba a diario y ella bailaba sus propios ritmos.
Cuando quería aceleraba la música, cuando quería cambiaba las letras.
Y cuando lo sentía revoleaba el disco a la mierda y se quedaba en silencio.
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