Un latido vive en mí

Este escrito surge a partir de la inspiración de una frase especial. 

"Se ha de latir fuerte para que el mundo sepa que existes" (Albert Espinosa)

Un latido vive en mí.

Se ha de latir fuerte para que el mundo sepa que existes, incluso cuando ya te hayas ido. Cuando hayas atravesado el mundo terrenal y seas de los que duermen en la habitación de al lado. No creo que te vayas más lejos de ahí, estarás cerquita, como siempre lo estuviste. Estoy segura de que no podré visitarte pero sé que estarás ahí con tus latidos fuertes, haciendo eco, llegando a mí. 

Procura que tus latidos de hoy sean tan fuertes como para que pueda seguir escuchándolos mañana, para saber que sigues existiendo en mí, para que yo pueda cerrar los ojos y, al escuchar tus latidos, pueda imaginarme fundida en uno de esos abrazos que dejan mi cabeza apoyada en tu pecho y que me permiten seguir el latido constante de tu corazón "tuc, tuc, tuc, tuc, tuc, tuc". 

Se ha de latir fuerte para que el mundo sepa que existes, incluso cuando ya te hayas ido. Cuando hayas atravesado el mundo terrenal y seas de los que duermen en la habitación de al lado. No creo que te vayas más lejos de ahí, estarás cerquita, como siempre lo estuviste de todas las personas que amaste. 

Procura que tus latidos de hoy sean tan fuerte como para que puedan seguir marcando un ritmo en nuestras vidas, que sean latidos tan fuertes que se transformen en canción y podamos cerrar los ojos e imaginar que sigues aquí, existiendo en nosotros. 

Se ha de latir fuerte para que el mundo sepa que existes, incluso cuando ya te hayas ido.