Los fantasmas disfrazados de amor.
Te juro que cuando nos mirábamos nuestros ojos brillaban.
Te juro que nuestros abrazos eran eternos.
Te juro que nuestros corazones latían en la misma sintonía.
Pero se fue … creo que nunca nadie le enseñó a quedarse.
Seguro que llevaba el alma un poco rota,
seguro que muchas veces aceptó fantasmas que utilizaron el amor como disfraz.
Se fue … porque nunca nadie le enseñó a quedarse.
Se fue … porque le enseñaron que el amor duele.
Ahí están, esos son, los fantasmas disfrazados de amor.
Amar no es suficiente.
Precisamos saber amar …
para no aceptar fantasmas, para no necesitar huir, para aprender a quedarnos
y también, para saber cuándo es mejor soltar.
Nadie nos enseña a hacernos cargo del amor que sentimos.
Nadie nos enseña a quedarnos, más bien, nos enseñan a huir.
Claro, en teoría, el amor duele. Ahí están, esos son, los fantasmas disfrazados de amor.
Pero escúchame, el amor no duele, el amor sana.
Es importante reconocer cuándo es mejor soltar,
pero también lo es, aprender a saber cuándo quedarse.
Anímate, hacete cargo del amor que sentís, no huyas.
Me encantó, tan cierto que duele!
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