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Mostrando entradas de junio, 2021

Un latido vive en mí

Este escrito surge a partir de la inspiración de una frase especial.  "Se ha de latir fuerte para que el mundo sepa que existes" (Albert Espinosa)

Abrazado a su frazada

 Entre máscaras y barbijos, bailamos una cumbia y ahí se detuvo el tiempo. Ahí en tu sonrisa mientras olvidábamos que, en realidad, estábamos en una situación de mierda.  Pediste una de los redondos y agitamos el bracito mientras cantabas. Te sabías todas las letras pero olvidabas en segundos nuestros nombres. Tu memoria en unión directa con la música me hacía sonreír.  Creo que a mí, y a todos los que estábamos con vos, nos dejaste un gran mensaje "abraza a tu mamá y decile que la querés mucho. Porque las mamás son lo más grande que hay".  Y ahí te fuiste, abrazado a tu frazada. Lo intentamos todo, lo juro. Pero a veces, nos chocamos con grandes y fuertes paredes que no nos dejan avanzar.  Igual, mi querido Mario, por vos y por todas las personas que lo necesitan, seguiremos chocando paredes por si algún día las logramos atravesar.  Y ahí te fuiste, abrazado a tu frazada.  ---------------------- Escrito dedicado a Mario y a todas las personas que pade...

Abrazos que son hogar

Hay abrazos que son hogar, abrazos que nos descalzan, que nos permiten andar de entrecasa.  Abrazos que nos sostienen por segundos eternos, acompañados del calorcito acogedor de los cuerpos y de algún que otro suspiro.  Hay abrazos que son hogar, que relajan,  envuelven y protegen. Hay abrazos - tus abrazos - que son hogar.  Che, te abrazaría todo el día si pudiera,  es que me gusta andar descalza, de entrecasa y sentir el calorcito de tu cuerpo acompañado de suspiros infinitos.  Hay abrazos - tus abrazos - que son hogar. 

Sentir, fluir, vivir.

No suelo durar mucho tiempo con nudos en el pecho, me gusta soltarlos, buscar la manera de desatarlos, como sea, en el momento que sea. No puedo quedarme mucho tiempo en el limbo, en el limbo entre ser o estar, necesito estar y ser … sentir, fluir, vivir. Me tambaleo, empiezo a caer, me desarmo, pierdo el equilibrio … no puedo negociarlo es que ser y estar van juntos, de la mano. En el transcurso de sentir, fluir, vivir no soy la misma que ayer, tampoco la misma que dentro de un rato, me gusta mutar, explorar, trascender.

Los fantasmas disfrazados de amor.

Te juro que cuando nos mirábamos nuestros ojos brillaban.  Te juro que nuestros abrazos eran eternos.  Te juro que nuestros corazones latían en la misma sintonía.  Pero se fue … creo que nunca nadie le enseñó a quedarse.  Seguro que llevaba el alma un poco rota,  seguro que muchas veces aceptó fantasmas que utilizaron el amor como disfraz. Se fue … porque nunca nadie le enseñó a quedarse.  Se fue … porque le enseñaron que el amor duele. Ahí están, esos son, los fantasmas disfrazados de amor.  Amar no es suficiente. Precisamos saber amar …   para no aceptar fantasmas, para no necesitar huir, para aprender a quedarnos y también, para saber cuándo es mejor soltar.  Nadie nos enseña a hacernos cargo del amor que sentimos. Nadie nos enseña a quedarnos, más bien, nos enseñan a huir. Claro, en teoría, el amor duele. Ahí están, esos son, los fantasmas disfrazados de amor.  Pero escúchame, el amor no duele, el amor sana.  Es importante ...

Solo un signo de amor

  Quisiera no tener que acostumbrarme, quisiera poder ayudarte. Quisiera poder decirte que existe un futuro mejor.  Quisiera que duermas bajo un techo, que te cobijen las paredes y puedas sentir el calor de un hogar.  Ese piso frío, esa calle oscura. Ese no es tu lugar. Quisiera que esa panza sienta mariposas por amar y no dolores por falta de pan.  Te pido perdón por no poder hacer nada que te saque de ese lugar. Te pido perdón por no poder darte nada más que una sonrisa, que una mirada, que un signo de amor.  Me miraste y con tu mano me dijiste adiós. Sonreías, más allá de todo. Sentí haberte regalado un segundo de paz. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Dedicado a Alfonso, Miguel, Alejandro, Carlos, Diego, Rosa, Pirata, Antonio, El viejito, Maxi, Chaco, Walter, Esteban, Román, el coleccionista, Javier, Cristian, Eduardo, Manuel, Hayde, El Tucu , Fabián, Roberto, Graciel...

En ella, algo más que la luna.

Desde entonces entendió que nunca volvería a mirar la luna como antes. En ella había algo más que una simple luna, en ella estaba guardado todo el amor que los unía.  Y al final, la distancia no era tanta cuando, juntos, salían a mirar la luna. 

Posición fetal.

 Volver a esa posición que nos mantiene seguros, la famosa posición fetal. Volver a los brazos de mamá, a la compañía de papá. A las sonrisas de los abuelos. A las charlas con tus tíos. Volver a jugar como niña a la par de tus amores pequeños. Volver a las amistades de siempre, esas que te recuerdan que los años valieron la pena. Volver a tocar la puerta de tus vecinos, esas puertas que se abren y te reciben como si el tiempo no hubiese pasado.   Volver, volver a los lugares donde también supiste amar la vida. A los abrazos que te dan seguridad.  Volver a los lugares donde te hacen saber que volver es solo por un ratito, para saber que todo sigue igual -o mejor-. Que siempre te esperan, que siempre te abrazan. Que el amor es fuerte.  Volvé al mundo, a ese mundo que sabes comerte, a ese mundo que sabes amar, que sabes mejorar. Andá, volá. Y, cuando quieras volvé, acá siempre te esperan.  ____ Este texto está dedicado a todas las personas que, por distintos m...

En reconstrucción ...

Rotos o un poco locos, volvemos a reconstruirnos … y lo bueno de la etapa de reconstrucción, es que los pedazos caídos nunca vuelven al mismo lugar. Algunos, incluso, se pierden. Otros espacios vacíos son remendados con algo de eso que se usa para pegar.  Eso es lo lindo de reconstruirse, RE CONSTRUIRSE, volver a construirse. Y en ese volver, no volvemos iguales. Volvemos sin volver. En esencia siempre somos los mismos. Pero, lo que se movió, nos transformó. Ese es el poder de la reconstrucción; transformarnos, hacernos volver sin volver. 

Somos nosotros los fugaces

Una estrella me contó que somos nosotros los fugaces. ¡Lo hizo sin hablarme! … Y desde ese día, todo cambió.  Mis ojos quisieron ver más allá. Lograron dar cuenta de la inmensidad del cielo, de los distintos colores con los que se pinta, del brillo especial que tiene la luna. Dieron cuenta del titilar constante de las estrellas, como si todas ellas, fuesen el latir del cielo.  Mi alma sintió que por fin, ya nadie estaba lejos.  Mira … sin importar dónde estés, podes levantar la mirada y sonreírle al cielo, o mirarlo mientras dejas caer tus lagrimas. Quizás en ese instante yo también lo estaba haciendo y nos abrazamos sin decir ni una sola palabra.  El cielo continua cambiando de color, la luna continua alumbrando y las estrellas titilando, dándole vida a semejante inmensidad. Y nosotros, en un tiempo fugaz, somos dichosos de observar esa magia.  Esa estrella tenía razón, somos nosotros los fugaces.